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23 jun 2011

LA "CULTURA POWER POINT": ¿Realmente promueve el aprendizaje?

“¡Ya tengo el curso listo…terminé el ppt!” exclama un instructor.  Otro en pide a los participantes en medio de un curso: “Denme 5 minutos más… que solo me faltan pasarles  8 diapositivas”.  Si bien estos instructores se pusieron en evidencia al  emplear  como equivalentes el “ instruir “con el “pasar diapositivas”, la verdad es que con frecuencia en las organizaciones se confunde el proceso de CAPACITAR con el “proyectar el ppt (power point)”
Equipos de aprendizaje en muchas instituciones  dedican personas, tiempos y  equipos  a la preparación de diapositivas como insumo central de sus  eventos de capacitación.  En otras tantas sesiones discuten con sus clientes internos o externos sobre la conveniencia de incluir tal o cual diapositiva o sobre mejorar el diseño del tal plantilla o incluir tal imagen.  Es cierto que en ocasiones se discute sobre  la fluidez del discurso, la argumentación lógica o la coherencia de los mensajes, pero aún en este nivel se olvida lo más importante: el diseño del aprendizaje.  Esto que debiera ser la columna vertebral de cualquier evento, es un proceso que se viene obviando provocando  la superficialidad de los procesos de comunicación y la ausencia de verdadero aprendizaje.
La prueba de esto surge al momento de  evaluar el proceso  y descubrir que los cambios (cambios que esperamos de los aprendizajes en términos de conocimientos, habilidades y actitudes que conduzcan a un mejor desempeño) no se producen.  Escuchamos conversaciones como:
1. “No conseguimos el cambio que buscábamos… que extraño… si todo eso se enseñó (léase “se leyó o parafraseó de las diapositivas”)”.
2. “Esos temas no quedaron claros… debemos incluirlos en la siguiente sesión (léase “hay que incluir diapositivas con esos temas en esa sesión”)”
3. “Ese punto ya se trabajó… mira... aquí está (señalando diapositivas).
Finamente se generan conjuntos de diapositivas que para mayor explicación vienen acompañadas con  guías discursivas que ayudarán al instructor a recordar que debe decir en cada una de ellas.
Las diapositivas por muy extraordinarias que sean no conducen por sí solas al aprendizaje. 
Para lograr aprendizajes es imprescindible:
-Definir qué queremos lograr con el proceso
-Identificar el tipo de aprendizaje
-Vincular el tipo de aprendizaje con las características de la audiencia y el contexto.
-Reflexionar sobre qué experiencias de aprendizaje conducen al logro de los objetivos mencionados en el primer punto
-Diseñar la secuencia de experiencias de aprendizaje
-Crear los recursos que apoyarán las experiencias
En este último punto recién entra la consideración sobre las diapositivas como ayuda para la enseñanza y el aprendizaje, pero sólo como eso, es decir “recursos que apoyen el diseño”. Aquí entra la posibilidad de otros recursos como audiovisuales, actividades on line, cuadernos de trabajo, materiales didácticos, etc.
Recuerdo a quienes trabajan en estos procesos que, promover  auténticos procesos de aprendizaje  (procesos que logran cambios, mejoran el desempeño, se retienen en el tiempo, etc.) es una tarea que  demandará trabajar contracorriente. 
Será ir en contra de esa “Cultura power point”  pero será también la posibilidad de construir una mejor manera de experimentar el verdadero cambio (aprendizaje)  en nuestras organizaciones.